lunes, 16 de julio de 2012

El oído y el equilibrio

El oído y el equilibrio.
"Estructura interna de oído. Adaptado de www.tchain.com"
Son sentidos muy diferentes. Se encuentran ambos en el oído, que es también un órgano muy complejo, sobre todo la parte interna, es decir, lo que llamamos el oído medio e interno. En este último se encuentran los receptores, encerrados en una bolsa de membrana que está rellena de un líquido parecido al suero sanguíneo, y que recibe el nombre de LABERINTO MEMBRANOSO.
Laberinto membranoso, estructura que alberga a los receptores del oído y del equilibrio. Adaptada de www.tchain.com
El sonido es un movimiento de las moléculas que forman el aire, como una vibración de partículas. Por esta razón el sonido no se transmite en el espacio que está vacío y por eso, también, los sonidos cambian tanto cuando hablas bajo el agua, porque ahí lo que se mueven son las moléculas de agua. Esa vibración entra por el pabellón auditivo, la oreja, y llega hasta el tímpano que vibra como si fuera un tambor, transmitiendo la vibración hasta los huesecillos que, a su vez, la transmiten hasta el laberinto, estimulando a los receptores.
Estructura del oido medio, con el tímpano y los huesecillos. Tomada de salud.discoveryespanol.com
Los huesecillos -los más pequeños de nuestro organismo- están situados en el llamado OÍDO MEDIO, que se comunica con la faringe a través de un conducto llamado la TROMPA DE EUSTAQUIO, y son tres: el MARTILLO, el YUNQUE y el ESTRIBO.
La TROMPA DE EUSTAQUIO es la responsable de algunos fenómenos curiosos de nuestro oído; por ejemplo, de que oigamos nuestra voz desde dentro, y no por los oídos, cosa que habrás notado cuando escuchas tu voz grabada y no eres capaz de reconocerte porque en ese momento estás escuchando tu voz desde fuera, por los oídos. También produce el efecto de destaponar nuestros oídos cuando se taponan por efecto de la presión, por ejemplo al bucear o al viajar en avión.
El sentido del equilibrio se debe a la existencia de otros receptores diferentes en el laberinto. Unos son los encargados de detectar nuestra posición en el espacio cuando estamos quietos, es decir, si estamos de pie, sentados o agachados, rectos o inclinados, boca arriba o boca abajo, pero quietos. Es lo que llamamos el EQUILIBRIO ESTÁTICO.
Otros receptores del equilibrio nos permiten desplazarnos por el espacio sin caernos, andar o bailar, montar en bicicleta, correr o nadar. Forman el EQUILIBRIO DINÁMICO, que se encuentra en los canales semicirculares del laberinto. Estos receptores son los responsables de que nos mareemos cuando damos vueltas muy deprisa.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario