lunes, 16 de julio de 2012
ALGUNAS ACTIVIDADES Unidad Didáctica: los sentidos
La vista
Recorrido por los alrededoresde la institución observando detalles
Dibujo de lo observado
Juego de la gallina ciega
Poesía
LOS SENTIDOS
Mostremos las manos que limpias tenemos
y luego indiquemos los cinco sentidos que todos poseemos.
LA VISTA: Con estos ojitos que son tan traviesos
podemos mirar por doquier, mirando gozamos las muchas bellezas que Dios hizo en el mundo con sólo querer
Oído:
Diferenciación de sonidos, instrumentos musicales y voces de los compañeros.
Poesía
OÍDO: Y viene enseguida el señor oído
que todos ustedes conocen muy bien,
él tiene sus puertas llamadas orejas
y todos los sonidos nos permite escuchar.
Gusto:
Degustación de diversos sabores
Elaboración de receta
Poesía
GUSTO: El gusto se encuentra metido en la boca,
la señora lengua que su amiga es,
disfruta lo dulce, lo suave y sabroso,
jamás lo amargoso y de mal sabor.
Olfato:
Percepción de olores con los ojos vendados.
Conocimiento de las partes de la nariz
Poesía
OLFATO: Y luego se encuentra muy bien alojado
el otro sentido aquí en la nariz,
olfato se llama y todos los olores
sabe distinguir, sin ver.
Tacto:
Relación e interacción con diversas texturas
Manipulación de objetos a través del tacto con los ojos vendados
Poesía
TACTO: Tan sólo nos falta nombrar aquí el tacto,
que se halla en el cuerpo regado por doquier
y son sus amigas las señoras manos
que todo lo tocan con mucho placer.
Recorrido por los alrededoresde la institución observando detalles
Dibujo de lo observado
Juego de la gallina ciega
Poesía
LOS SENTIDOS
Mostremos las manos que limpias tenemos
y luego indiquemos los cinco sentidos que todos poseemos.
LA VISTA: Con estos ojitos que son tan traviesos
podemos mirar por doquier, mirando gozamos las muchas bellezas que Dios hizo en el mundo con sólo querer
Oído:
Diferenciación de sonidos, instrumentos musicales y voces de los compañeros.
Poesía
OÍDO: Y viene enseguida el señor oído
que todos ustedes conocen muy bien,
él tiene sus puertas llamadas orejas
y todos los sonidos nos permite escuchar.
Gusto:
Degustación de diversos sabores
Elaboración de receta
Poesía
GUSTO: El gusto se encuentra metido en la boca,
la señora lengua que su amiga es,
disfruta lo dulce, lo suave y sabroso,
jamás lo amargoso y de mal sabor.
Olfato:
Percepción de olores con los ojos vendados.
Conocimiento de las partes de la nariz
Poesía
OLFATO: Y luego se encuentra muy bien alojado
el otro sentido aquí en la nariz,
olfato se llama y todos los olores
sabe distinguir, sin ver.
Tacto:
Relación e interacción con diversas texturas
Manipulación de objetos a través del tacto con los ojos vendados
Poesía
TACTO: Tan sólo nos falta nombrar aquí el tacto,
que se halla en el cuerpo regado por doquier
y son sus amigas las señoras manos
que todo lo tocan con mucho placer.
El gusto
El gusto
Consiste en captar moléculas químicas pero, en este caso,
se trata de moléculas disueltas en el agua que forma la
saliva; si tenemos la boca seca no detectamos esas
moléculas. Los receptores se encuentran en la lengua y
por el interior de la boca, en unas estructuras denominadas
PAPILAS GUSTATIVAS (si te miras en un espejo con la boca
abierta las puedes ver hacia el fondo de tu lengua como
unos círculos pequeños, y por el resto de la lengua como
unas escamitas más o menos puntiagudas).
El SABOR es una sensación más compleja que el gusto, ya que se debe no sólo a las moléculas disueltas en la saliva, sino a la combinación del gusto, el olor, el tacto y la temperatura. Seguro que has notado que cuando estás acatarrado y tienes la nariz taponada la comida sabe diferente, o que una misma comida fría no sabe igual que caliente. En realidad sólo somos capaces de detectar cuatro sabores: el dulce, el salado, el ácido y el amargo; todos los demás sabores son una combinación de estos cuatro, junto con el olor, la temperatura y el tacto.
El SABOR es una sensación más compleja que el gusto, ya que se debe no sólo a las moléculas disueltas en la saliva, sino a la combinación del gusto, el olor, el tacto y la temperatura. Seguro que has notado que cuando estás acatarrado y tienes la nariz taponada la comida sabe diferente, o que una misma comida fría no sabe igual que caliente. En realidad sólo somos capaces de detectar cuatro sabores: el dulce, el salado, el ácido y el amargo; todos los demás sabores son una combinación de estos cuatro, junto con el olor, la temperatura y el tacto.
El olfato
El olfato
Es un sentido que consiste en la captación de moléculas químicas
volátiles, que se desprenden de la materia y se encuentran en el aire.
Los receptores están en la cavidad nasal.
El tacto y el dolor
El tacto y el dolor
Se encuentran fundamentalmente en nuestra piel, tanto fuera
de nuestro cuerpo, como en las aberturas, en la boca, en la
nariz y oído, en los órganos genitales, etc. e, incluso,
dentro de nuestro organismo, en el tubo digestivo, en los
diferentes órganos, etc. Los más abundantes son los
receptores del dolor.
Existen varios tipos de receptores del tacto. Unos identifican la presión que ejerce un objeto sobre nuestra piel, otros la forma del objeto, otros detectan si perdemos calor (sensación de frío) o si lo ganamos (sensación de calor). Los receptores del dolor pueden estar solos o asociados a los del tacto. Habrás observado que una presión leve al principio puede terminar produciendo dolor, o un objeto que notamos caliente puede terminar por producirnos dolor también. No olvides que el dolor es un mecanismo de defensa de nuestro organismo para prevenir males mayores.
Existen varios tipos de receptores del tacto. Unos identifican la presión que ejerce un objeto sobre nuestra piel, otros la forma del objeto, otros detectan si perdemos calor (sensación de frío) o si lo ganamos (sensación de calor). Los receptores del dolor pueden estar solos o asociados a los del tacto. Habrás observado que una presión leve al principio puede terminar produciendo dolor, o un objeto que notamos caliente puede terminar por producirnos dolor también. No olvides que el dolor es un mecanismo de defensa de nuestro organismo para prevenir males mayores.
El oído y el equilibrio
El oído y el equilibrio.
Son sentidos muy diferentes. Se encuentran ambos en
el oído, que es también un órgano muy complejo, sobre
todo la parte interna, es decir, lo que llamamos el oído
medio e interno. En este último se encuentran los receptores,
encerrados en una bolsa de membrana que está rellena de un
líquido parecido al suero sanguíneo, y que recibe el nombre
de LABERINTO MEMBRANOSO.
El sonido es un movimiento de las moléculas
que forman el aire, como una vibración de partículas.
Por esta razón el sonido no se transmite en el espacio
que está vacío y por eso, también, los sonidos cambian
tanto cuando hablas bajo el agua, porque ahí lo que se
mueven son las moléculas de agua. Esa vibración entra por
el pabellón auditivo, la oreja, y llega hasta el tímpano
que vibra como si fuera un tambor, transmitiendo la vibración
hasta los huesecillos que, a su vez, la transmiten hasta el
laberinto, estimulando a los receptores.
Los huesecillos -los más pequeños de nuestro organismo-
están situados en el llamado OÍDO MEDIO, que se comunica
con la faringe a través de un conducto llamado la TROMPA
DE EUSTAQUIO, y son tres: el MARTILLO, el YUNQUE y el ESTRIBO.
La TROMPA DE EUSTAQUIO es la responsable de algunos fenómenos curiosos de nuestro oído; por ejemplo, de que oigamos nuestra voz desde dentro, y no por los oídos, cosa que habrás notado cuando escuchas tu voz grabada y no eres capaz de reconocerte porque en ese momento estás escuchando tu voz desde fuera, por los oídos. También produce el efecto de destaponar nuestros oídos cuando se taponan por efecto de la presión, por ejemplo al bucear o al viajar en avión.
El sentido del equilibrio se debe a la existencia de otros receptores diferentes en el laberinto. Unos son los encargados de detectar nuestra posición en el espacio cuando estamos quietos, es decir, si estamos de pie, sentados o agachados, rectos o inclinados, boca arriba o boca abajo, pero quietos. Es lo que llamamos el EQUILIBRIO ESTÁTICO.
Otros receptores del equilibrio nos permiten desplazarnos por el espacio sin caernos, andar o bailar, montar en bicicleta, correr o nadar. Forman el EQUILIBRIO DINÁMICO, que se encuentra en los canales semicirculares del laberinto. Estos receptores son los responsables de que nos mareemos cuando damos vueltas muy deprisa.
La TROMPA DE EUSTAQUIO es la responsable de algunos fenómenos curiosos de nuestro oído; por ejemplo, de que oigamos nuestra voz desde dentro, y no por los oídos, cosa que habrás notado cuando escuchas tu voz grabada y no eres capaz de reconocerte porque en ese momento estás escuchando tu voz desde fuera, por los oídos. También produce el efecto de destaponar nuestros oídos cuando se taponan por efecto de la presión, por ejemplo al bucear o al viajar en avión.
El sentido del equilibrio se debe a la existencia de otros receptores diferentes en el laberinto. Unos son los encargados de detectar nuestra posición en el espacio cuando estamos quietos, es decir, si estamos de pie, sentados o agachados, rectos o inclinados, boca arriba o boca abajo, pero quietos. Es lo que llamamos el EQUILIBRIO ESTÁTICO.
Otros receptores del equilibrio nos permiten desplazarnos por el espacio sin caernos, andar o bailar, montar en bicicleta, correr o nadar. Forman el EQUILIBRIO DINÁMICO, que se encuentra en los canales semicirculares del laberinto. Estos receptores son los responsables de que nos mareemos cuando damos vueltas muy deprisa.
La vista
Es, posiblemente, el sentido más importante de cuantos poseemos. Por él penetra en nosotros la mayor parte de la información para nuestra vida. Haz la prueba de vendarte los ojos y verás lo difícil que te resulta entender lo que sucede a tu alrededor. Las personas ciegas desarrollan otros sentidos para compensar la pérdida de la vista.
Los receptores de la vista se estimulan por la luz. Estos receptores se encuentran en un órgano muy complejo que es el ojo, constituido por el globo ocular, al que además acompañan una serie de músculos, que le dan gran movilidad, y glándulas que le lubrican y le protegen.
BASTONES: se estimulan por las distintas intensidades de luz, es decir, los brillos, y constituyen la "visión nocturna", la que nos permite ver algo por la noche.
HIPERMETROPÍA: incapacidad de enfocar objetos próximos porque, al revés que en la miopía, el cristalino está demasiado estirado y no se puede abombar.
PRESBICIA, o vista cansada: pérdida de agudeza visual. Impide ver objetos cercanos porque el cristalino se endurece y tampoco se puede estirar.
ASTIGMATISMO: se ven deformadas las líneas verticales porque el cristalino se abomba de forma desigual por su superficie.
CATARATAS: el cristalino se hace opaco y no deja pasar la luz.
DALTONISMO: es la ceguera para los colores; se confunden ciertos colores como el verde y el rojo. Es la única enfermedad que no tiene que ver con el cristalino, sino con los conos.
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